La AIE revisa al alza la demanda de biocombustibles para 2030: una oportunidad para el bioetanol
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha publicado su informe Renewables 2025, en el que revisa al alza en un 50 % la previsión de crecimiento de la demanda mundial de biocombustibles líquidos hasta 2030. Este ajuste supone un reconocimiento explícito al papel de los biocombustibles como herramienta esencial para la descarbonización del transporte y la seguridad energética global.
Según la AIE, la demanda de biocombustibles podría alcanzar los 240 000 millones de litros en 2030, frente a menos de 200 000 millones en 2024. En un escenario acelerado, la cifra podría superar los 310 000 millones de litros, siempre que se mantengan políticas activas de apoyo, innovación tecnológica y ampliación de la capacidad industrial.
Factores que explican la revisión al alza
El informe destaca varios elementos que impulsan esta tendencia:
Una menor penetración esperada de los vehículos eléctricos en algunos mercados clave, como Estados Unidos.
Aumento sostenido de la demanda de gasolina y diésel en economías emergentes como Brasil e Indonesia.
Refuerzo de las políticas de mezcla y reducción de emisiones en distintos países, entre ellos España, donde se prevé la adopción de nuevos objetivos de intensidad de gases de efecto invernadero en el transporte.
Un incremento del uso de biocombustibles en el transporte por carretera, que representará aproximadamente el 80 % del crecimiento previsto.
También se anticipa una expansión notable en la aviación y el transporte marítimo, con una demanda de 9 000 millones de litros de combustible sostenible de aviación (SAF) y 1 600 millones de litros de biocombustibles marítimos en 2030.
El papel del bioetanol y del biorefino en la transición energética
En este nuevo escenario, el bioetanol emerge como un vector energético clave. Además de su contribución directa a la reducción de emisiones, el biorefino asociado a su producción tiene un impacto positivo en la cadena agroalimentaria.
El proceso de biorefino del cereal separa la energía de la proteína, destinando esta última a la fabricación de piensos con elevada carga proteica, un producto muy valorado por la cabaña ganadera española y europea. De este modo, el sector del bioetanol contribuye no solo a la sostenibilidad energética, sino también a la soberanía alimentaria y proteica, reduciendo la dependencia de importaciones de harinas y concentrados proteicos.
Un marco regulatorio favorable en España y Europa
En España, la reciente actualización de la cuota obligatoria de combustibles renovables en el transporte, junto con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2023-2030), ofrece un marco regulatorio más sólido y predecible. Estos instrumentos reconocen el papel esencial de los biocarburantes líquidos en el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones y en la diversificación del mix energético.
Asimismo, las iniciativas europeas vinculadas a combustibles sostenibles de aviación (SAF) y a los combustibles renovables de origen no biológico (RFNBOs) abren nuevas oportunidades de integración para el sector del bioetanol, tanto como materia prima como en el desarrollo de sinergias industriales y tecnológicas.
Perspectivas para el sector español
El sector del bioetanol en España dispone de capacidad industrial consolidada, experiencia tecnológica y un fuerte vínculo con el tejido agrícola nacional. Ante la revisión al alza de la demanda mundial, se refuerza la oportunidad de:
Consolidar la posición del bioetanol español como referente europeo en sostenibilidad y eficiencia.
Ampliar las sinergias entre el sector agrícola y el energético, promoviendo un uso integral del cereal y una valorización sostenible de todos sus componentes.
Desarrollar nuevas inversiones en biorefino avanzado, orientadas a la innovación, la eficiencia energética y la reducción de la huella de carbono.
Conclusión
La revisión de la AIE confirma lo que el sector lleva tiempo demostrando: los biocombustibles líquidos, y especialmente el bioetanol, son una herramienta madura, eficaz y sostenible para avanzar hacia la neutralidad climática.
El biorefino español no solo produce energía renovable, sino también proteína vegetal de alto valor que refuerza la cadena agroalimentaria nacional. En un contexto global de transición energética y geopolítica compleja, el bioetanol se consolida como una solución de presente y de futuro para una economía más limpia, segura y autosuficiente.