El problema es el combustible fósil no el motor de combustión.
No es el motor el problema, sino el combustible fósil, que por lo tanto debe ser reemplazado por alternativas libres de CO2 lo antes posible. Este es el mensaje central de una carta abierta enviada ahora conjuntamente por doce asociaciones bajo el paraguas de FuelsEurope al vicepresidente Frans Timmermans y a los comisarios Adina-Ioana Vălean (Transporte), Kadri Simson (Energía) y Thierry Breton (Mercado Interior).
La contribución de los combustibles renovables sostenibles a la descarbonización debería finalmente aprovecharse, dicen las asociaciones. Abogan por una regulación no discriminatoria en la que entren en juego todas las opciones de descarbonización para alcanzar objetivos climáticos ambiciosos. El paquete Fit for 55 de la UE, que establecerá el marco regulatorio para alcanzar los objetivos climáticos, debería por tanto reconocer la contribución de los combustibles renovables y sostenibles en el estándar de CO2 para vehículos. Esto respaldaría el aumento de la producción de combustible con bajas emisiones de carbono y sin emisiones de carbono y permitiría que el transporte climáticamente neutro se entregue rápidamente sin sobrecargar a las personas.
Esto es tanto más importante cuanto que descuidar la contribución de los combustibles, junto con el endurecimiento de los objetivos de CO2 para los vehículos, conduciría a una prohibición tecnológica de facto del motor de combustión interna, lo que sería injustificable y perjudicial. La descarbonización del transporte tiene mucho más que ver con la descarbonización de la energía utilizada que con la tecnología de propulsión: un motor de combustión interna impulsado por combustibles renovables y sostenibles tiene una huella de carbono comparable a un vehículo eléctrico impulsado por electricidad verde.
Para cosechar los beneficios climáticos, industriales y laborales de los combustibles renovables, el enfoque debe pasar de las emisiones de escape únicamente a una visión más holística. Este reconocimiento podría promoverse a través de cambios regulatorios relativamente pequeños: al introducir un mecanismo voluntario de acreditación para combustibles renovables y sostenibles en la política de CO2 de los vehículos, se podría establecer una regulación de tecnología abierta que podría funcionar de la mano con medidas legislativas complementarias bajo el Fit -Paquete fo-55. El año pasado, Frontier Economics desarrolló una metodología ejemplar para los créditos voluntarios de CO2.
En resumen, las asociaciones están dispuestas a trabajar con la Comisión de la UE para crear una estrategia integrada para combustibles renovables y sostenibles. Un primer paso importante hacia esto es una corrección de los estándares de CO2 para vehículos que amplía el enfoque para incluir la descarbonización de la energía, en lugar de imponer un mandato de tecnología de arriba hacia abajo. Tal cambio abriría la puerta a ahorros adicionales y oportunos de CO2, empleos, inversiones y una oportunidad para que muchos más usuarios de vehículos participen en el uso de energía renovable, ya sea en forma gaseosa, líquida o eléctrica.